Tal y como os habíamos adelantado el pasado viernes y con motivo del Día Mundial del Alzheimer 2018, preparamos dos actividades que se iban a desarrollar fuera del Centro de Día de Lada, una la visita a la Sala Multisensorial del Centro de Día Ría de Avilés por parte de algunas personas usuarias y la otra a la exposición “Los asturianos en la cocina” situada en la zona del pueblo asturiano del recinto ferial de Gijón.  El objetivo que pretendíamos era que todas las personas usuarias disfrutaran de un día diferente y especial independientemente de la actividad en la que participasen.

Y no podemos estar más satisfechos con el resultado obtenido. La estimulación sensorial propuesta y desarrollada en las maravillosas instalaciones que poseen en el Centro de Avilés durante aproximadamente 45 minutos, proporcionó respuestas muy agradables y significativas en los participantes. El trabajo desarrollado  fue totalmente  personalizado teniendo en cuenta las capacidades tanto cognitivas como funcionales de cada persona.

Qué decir de la experiencia de reminiscencia vivida por el otro grupo de personas y algunos familiares que nos acompañaron. La exposición está perfectamente orientada hacia la estimulación de la memoria emocional y  no dejó indiferente a nadie, despertando recuerdos del pasado que solo necesitan de un estímulo  para recuperarse. Así, la exposición que estaba distribuida en tres pisos, mostraba la vida de los asturianos y su evolución en los dos últimos siglos a través del espacio más relevante de la casa: la cocina. Del mismo modo, también se podían ver trajes de novia que llamaron la atención de la mayoría (casarse de blanco o de negro, motivos…), máquinas de coser Singer que sirvieron para evocar el nombre de otras marcas que alguna persona conocía y había utilizado, menaje de cocina que reflejaba las diferencias de las casas humildes de los trabajadores y las de las familias adineradas, así como las propias cocinas, herramientas de labranza, instrumentos de aseo … Es imposible quedarse con una sola cosa de lo visto, pues todo mostraba la realidad de cada época y lo más importante para nosotros fue lograr que cada persona identificase al menos un objeto que formase parte significativa de su historia de vida y que le hiciera evocar, al menos durante ese momento, recuerdos agradables de su biografía.

Tras la visita vino la comida que el grupo grande de Gijón asoció con una boda por las dimensiones de las mesas y no faltó quien gritase un ¡viva Los novios!

Y como lo prometido es deuda, aquí os mostramos el material gráfico de la visita a Gijón porque problemas técnicos no nos permiten mostraros las de Avilés aunque aprovechamos estas líneas para agradecer al equipo de Ría de Avilés su hospitalidad y buen hacer durante toda la mañana que pasamos con ellos.

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