¡Feliz día del libro a todos!
Con motivo de este día, en el Centro de Día de Lada se ha llevado a cabo una actividad acorde con la temática, en la que un grupo de usuarias acudieron a la biblioteca del Centro Social y acompañadas por Carmen Fueyo (voluntaria del Centro Social y encargada de la biblioteca) compartieron un momento de lectura y conversación.
Para comenzar, Carmen ayudó a las usuarias a situarse en este día 23 de Abril y les contó por qué se eligió esta fecha como el día del libro, recordando para ello a autores como Miguel de Cervantes y William Shakespeare.
Durante la actividad, las usuarias leyeron algunos poemas que recordaban y habían seleccionado el día anterior (se pasaron a ordenador aumentando la letra para facilitar la lectura) y comentaron qué les parecían y por qué les gustaban. Entre estos se encontraban poemas como «Se equivocó la Paloma» de Rafael Albertí, «Volverán las oscuras golondrinas» y «Por una mirada un mundo» de Bécquer o «Me gustas cuando callas» de Neruda.
A continuación, la voluntaria Carmen les regaló la lectura de un texto de Armando Palacio Valdés nada fácil de conseguir que tiene por titulo «Santa Rogelia», que situada en el Valle de Langreo narra una historia que a las usuarias les toca muy de cerca. Se trata de la historia de una niña huérfana que vive con su abuela y necesita trabajar de carbonera para llevar dinero a casa. La profesión de carbonera consistía en acudir al exterior de las minas y seleccionar el carbón entre el escombro. Esto era algo que hacían, al igual que la niña de la novela, algunas conocidas de las usuarias del centro, lo que llevó a una conversación muy interesante sobre la vida de las mujeres o niñas de aquella época.
A modo de anécdota, compartimos con vosotros la historia de una usuaria que nos contaba que tenía que leer los libros a escondidas en una casa en la que trabajaba con apenas 15 años y que disfrutaba mucho leyéndolos, pero tenía que hacerlo poco a poco para que no la pillasen. Ahora, nos comenta que está muy orgullosa de haber conseguido que sus hijas estudiasen y tuviesen libros y de que todos nosotros podamos leer en esta época los libros que queramos.
Un saludo del grupo de usuarias a todos los que nos leéis
Queremos agradecer desde aquí a Carmen Fueyo su desinteresada participación en esta actividad y su sensibilidad para contarnos historias.
La agradecida soy yo, por darme la oportunidad de compartir una hora tan amena y gratificante de lectura y conversación, con estas mujeres llenas de sabiduría y dignidad, transmisoras de conocimientos y experiencias tan útiles para otras generaciones.Muchas gracias. Carmen